
Pataki de Eleggua, El Príncipe convertido en Orisha
En este apartado vamos a ver la Historia o Pataki de como nació Eleggua. Sin duda, el orisha mas importante de la religión yoruba, que representa el inicio y final de todo. Con Eleggua empezamos y con el culminamos.
Había en una tribu africana un Obá (Rey) que se llamaba Ocuboro y su mujer Añagui, y tuvieron un primer hijo al que llamaron Elegguá.
Creció Elegguá y, como era príncipe, le pusieron un séquito palaciego – es decir, su guardián. Un día, hecho ya un muchacho, Elegguá salió con sus guardias a pasear y al llegar a un lugar donde había cuatro caminos, se detuvo de pronto y su séquito -sin saber la causa- se paró también. Segundos después, Elegguá dio unos pasos y se detuvo otra vez.
Esta operación la repitió tres veces y siguió hasta llegar al lugar donde vio algo que lo hizo detenerse Porque era una luz como de dos ojos relumbrantes que estaban en el suelo. Esto asombró a su séquito pues cuando llegaron al lugar, vieron que Elegguá se agachó y cogió un coco seco.
Aquel muchacho que era tan travieso, que en todo intervenía -fuera malo o bueno- que no le temía a nada ni a nadie, que tan pronto era tu amigo como tu enemigo, que estaba envalentonado por ser príncipe, ¿Cómo le había temido a aquel insignificante coquito?. Elegguá llevó el coco para su casa y le contó a sus padres lo que había visto, pero nadie lo creyó. Entonces tiró el coco detrás de la puerta y allí lo dejó.
Pero un día estaba reunida La Casa Real y su séquito en una fiesta, y vieron con asombro las luces del coco. Todos se horrorizaron de aquello y aconteció que tres días después de la fiesta Elegguá murió.
Durante todo el tiempo del velorio, aquel coco estuvo alumbrado, siendo respetado y temido por todos. Pasó mucho tiempo después de la muerte del Príncipe y el pueblo pasaba por una situación desesperada, por lo que los laguas (mayores) se reunieron y sacaron en consecuencia que era el estado de abandono de aquel coco dejado por el Príncipe para rendirle holocausto, pero al acercarse allí vieron que el coco estaba vacío y comido por los bichos.
Entonces deliberaron acerca de aquel objeto que tenía que perdurar a través de los siglos, vieron y pensaron que el coco no servía para venerarlo en esa forma; entonces pensaron sustituirlo por las piedras (Ocutá) y fue aceptado.
Lavaron la Ota (piedra) y la pusieron en un rincón, que es lo que se hace hoy hasta nuestros días.
Ese es el nacimiento y origen de Elegguá o Pataki de como nació Eleggua. por eso se le dice: «Ikú-loví-Ochá» (el muerto parió al Santo), si no hay muerto no hay santo, porque si el Príncipe no se muere, no se sigue adorando al coco, que resultó ser inservible porque se pudre y la piedra no. causa esta de por qué se utiliza en el secreto de Elegguá y de los demás santos.