oya cementerio

En ese tiempo Olofi repartía las tierras del mundo entre los que santamente eran merecedores para implantar en ella el gobierno (santo), de acuerdo con las condiciones de cada elegido.

A Yemayá como mujer, le dieron el gobierno de los mares; a Oshún, el gobierno de los ríos; pero a Oyá como no era de las tribus de sus hermanas ya que cuando pasaron lista era cautiva y esclava, no le tocó nada. Oshún lloró y suplicó y Olofi contestó: «Hija mía. ya las tierras del mundo están repartidas, pero sólo queda un lugar sin dueño, si ella lo quiere de ella es»; era el cementerio.

Oyá por ver feliz a su hermana aceptó gustosa y Oshún se regocijó. Aún hoy día sabemos que Oyá es la dueña de los campos santos. Oyá, ya mayor, fue desposada y casada con Oggún Alaguedé hasta que fue conquistada y raptada por Shangó.

Muchas veces a Oyá se le da comida a orillas del río mientras Yemayá y Oshún comen dentro del agua; así se simboliza la niñez de Oyá.

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