eyioco meyi

Eyioko y Oca eran dos amigos inseparables, eran como hermanos y estaban muy mal de situación; ambos fueron donde Obbatalá y le contaron su situación. Este le mandó a hacer una rogación. Ocá hizo su rogación, se rogó la cabeza y pintó dos cocos de blanco y punzó y se los presentó cuatro días a la cabeza cuando se levantaba y acostaba, y cuatro días después, cogió los cocos y los llevó a los cuatro caminos, por donde Obbatalá tenía que pasar y tiró uno para acá y otro para allá, a derecha e izquierda.

Obbatalá vio que Ocá hizo Ebbó, y entonces se anticipó pasando por delante de Ocá y con disimulo, dejó caer un saquito de dinero. Ocá lo vio y dijo:

«Papá, mire lo que se le cayó».
Y Obbatalá le dijo:

«No hijo, eso no es mío, es tuyo».
Y Ocá dijo:

«No papá, no es mío, es suyo».

«No hijo, es tuyo por cuanto el que anda bien, bien acaba; tú hiciste Ebbó y Olofi te reservó esto». Viendo Eyioko que Ocá había cambiado de situación, le llamó la atención y no dijo nada y se fue a donde Obbatalá y se quejó. Obbatalá le preguntó:

«Eyioko, el Ebbó que te mandé a hacer, ¿ya lo hiciste?»
Eyioko le contestó negativamente.
Obbatalá le dijo: «Ocá lo hizo y ese es el bien que tiene».

Entonces Eyioko empezó a cambiar de situación, empezó a tener problemas, a pasar trabajo, a tener
pendencias, discusiones por su mala suerte y muchas veces fue acusado injustamente.
Donde volvió a Obbatalá y éste le marcó Ebbó: 2 pájaros cazados, dos cocos, ecú, ellá, dos palomas, dos huevos.

Después Eyioko decidió abandonar la ciudad e ir al campo, dada su mala situación, se llevó los 2 huevos y pidió trabajo en una finca. Un día, ya cansado de trabajar, quiso hacer una fiesta y enterró los dos huevos. El dueño de la finca se incomodó porque Eyioko hacía fiesta siendo un empleado de él, y viéndolo enterrar los dos huevos, llamó a la justicia para discriminarlo, diciéndole a la justicia que le había robado su dinero, que él mismo vio cuando lo enterró en la finca.

Entonces vinieron y lo prendieron y Eyioko dijo que registraran la finca y si no encontraban nada, que él reclamaría daños y perjuicios. Así lo hicieron las autoridades y no encontraron nada en el registro. Eyioko reclamó daños y perjuicios, y no teniendo el dueño de la finca dinero con que pagar, tuvo que perder su finca y Eyioko se quedó con ella.

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